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portada Descargar ficha PDF Título: Divina Comedia, la (Sc015)
Autor: Alighieri, Dante Precio: $93.00
Editorial: Porrua Hnos. Y Cia. , Libreria Año: 2006
Tema: Literatura, Lectura, Filosofia Edición: 27ª
Sinopsis ISBN: 9789700765365
En Florencia, la ciudad del Lirio Rojo, nació Dante en la primavera de 1265. El único e impreciso dato que poseemos acerca de la fecha de su nacimiento nos lo proporciona el propio vate en el canto XXII del Paraíso, cuando nos muestra orgullosamente su horóscopo al invocar )a constelación de los Gemelos, que, por ser la residencia de Mercurio, confiere la ciencia y el talento, y a la que -Dante poseyó siempre una secreta afición a la astrología- atribuye él su genio de escritor. ¡Oh gloriosos astros! ¡Oh luz henchida de gran virtud, a la que reconozco deber todo mi ingenio, cualquiera que éste sea!. Con vosotros nacía y se escondía con vosotros el que es padre de toda vida mortal, cuando sentí por vez primera el aire toscano. Como quiera que el sol entra en Géminis un poco después del quince de mayo para salir a mediados de junio, en ese lapso de tiempo ha de situarse su nacimiento. y la tradición concuerda en afirmar que tuvo lugar éste en la segunda quincena del mes de mayo de 1265, en una humilde mansión de la plaza de San Martín obispo, contigua a la Abadía.

Su familia, perteneciente a la modesta burguesía florentina, se enorgullecía de tener ascendencia gentil romana. En el canto XV del Paraíso nos da alguna información acerca de un antepasado suyo, Caciaguida -tilius olim Adami-, del que no sabemos sino lo que el poeta pone en su propia boca, tras hacerle entonar una entuasiasta loa a las hermosas prácticas y costumbres de la Florencia antigua: que se había cruzado siglo y medio antes, que fue armado caballero por el emperador Conrado y que pereció en combate luchando contra los sarracenos. Pocos datos, pero los suficientes para que su interpretación naufrague en un mar de dificultades. Porque la expedición contra los musulmanes en que Cacciaguida halló muerte honrosa debería Ser la Segunda Cruzada (1147-1149), la predicada por aquel hombre de palabra de miel.. y de fuego que fue San Bernardo de Claraval y organizada por el emperador Conrado y el capeto Luis VII de Francia, puestos de común acuerdo. Pero ¿cómo, en esta hipótesis, habría podido ser conocido por el emperador Conrado, que jamás descendió a Italia? Tal vez debamos suponer que Dante confunde a Conrado III con su homónimo Conrado II, que reinó de 1024 a 1039 y emprendió, con la ayuda de los florentinos que él armara caballeros, una campaña contra los sarracenos de Calabriao Así opinaba ya Piero de Dante, el hijo del poeta y su primer comentador. Pero no deja de resulta sumamente sospechosa de parte de su padre una tal confusión, por la que se hace participar en aventuras del siglo XI a un hombre que, con toda seguridad, no vivió hasta cien años más tarde.

A esta misma época pertenece una sobremanera interesante carta a Can Grande de la Escala, que acompañó el envío del original del Paraíso a este príncipe. Constituye una introducción a la Divina Comedia, explicando los motivos fundamentales que le han llevado a su composición y, sobre todo, a la del último Canto. La parte medular de la obra estriba en la teoría de los cuatro sentidos de las "escrituras" literal, alegórico, moral y anagógico. Había dado fin a su obra maestra. Vivía rodeado de admiración y aprecio. Amigos y discípulos recibían sus enseñanzas. Sólo le quedaba esperar la llamada de sus conciudadanos. Pero esa llamada no llegó nunca, porque se le adelantó otra de lo alto. Desde Ravena había emprendido Dante varios viajes en el desempeño de diversas misiones diplomáticas. El último fue una embajada a Venecia, por cuenta de Guido de Polenta. A su regreso se sintió mal, víctima probablemente de una fiebre infecciosa de tipo palúdico, a la que su gastada naturaleza no pudo resistir y murió en la noche del 13 al 14 de septiembre de 1321, cuando contaba 56 años.

Rindiéronse a sus despojos honras desacostumbradas. Su cadáver fue conducido en hombros de los ciudadanos más dignos de Ravena hasta el convento de los frailes menores. Guido testimonió de mil maneras su profunda pena; una de ellas fue ordenar la erección de un mausoleo que la muerte le impidió ver terminado. Sus propios conciudadanos reclamaron repetidas veces los restos de aquél a quien habían expulsado de Florencia y amenazado con la hoguera; la respuesta de los raveneses no ha variado hasta el presente: "No supisteis tenerlo vivo, no os lo devolveremos muerto."

El amigo del ocaso, Giovanni de Virgilio, compuso en su honor un epitafio latino, que comienza con estos versos sintetizadores de la obra y la vida del florentino.
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Última actualización: Jul 2019