Si hubieras nacido hace 200 años te hubieras quedado más helaso y más tieso que un polo de limón. No había coches ni bombillas, ni ordenadoresm ni teléfonos, ni fotos... Y lo peor: ¡no había películas! La verdad es que el cine se las traía y no pudo con él un sólo inventor. Hicieron falta dos; los hermanos Lumière, que juntos pasaban por un ejército de inventores. Ya sólo faltaban las palomitas...