En la poesía hispanoamericana de los últimos lustros, Octavio Paz ocupa un sitio único tanto por la fidelidad a la vocación tanto como por el viogoroso lenguaje con el que suele crear su universo lírico. Pocas veces la poesía mexicana había contado con un escritor que sumara, a la aventura de la imaginación, semejante diversidad de asuntos.