A pesar de los problemas migratorios y de narcotráfico, los obstáculos de las relaciones bilaterales parecen haberse atemperado ante el cambio dramático de la política económica mexicana que llevó a la firma del Tratado de Libre Comercio en 1993, hecho que marcó el comienzo de un nuevo ciclo histórico en la compleja relación entre México y su vecino del norte.