"No pretendo mirar lo nunca visto, sino quizás, con suerte, lo siempre imaginado."
Este libro tiene que ver con la buena vida.
Por eso, con frecuencia, el narrador nos lleva a
sitios de mala muerte. ¿Quién no encuentra la
plenitud allí donde se hornean los antojos, se
mima la inconsciencia colectiva y el placer hace
trizas al deber? En ésta, su versión recargada y final
del safari nocturno Luna llena en las rocas, Xavier
Velasco encarna a un narrador festivo y caradura,
decidido a llevar la juerga hasta sus últimas
palabras por bares, puticlubes e infiernillos afines.
No quiere ser testigo, sino cómplice.
Este libro es la huella literaria de un morbo con
licencia, prisa y causa. Es la persecución romántica
del peligro, la congestión de elixires, la conjura
de lunas. La lujuriante oferta de saltar al vacío y
entender cada oficio, vicio y maleficio con azoro
infantil y premura adolescente: los ingredientes
básicos de la aventura.
¿Mala muerte? A otra zorra con ese mink.
Salud por la buena vida.