"Existe en todo organismo, incluyendo al hombre", dice el Dr. Carl Rogers "una corriente subyacente que se mueve hacia la realización plena y constructiva de sus posibilidades inherentes, una tendencia natural al crecimiento. Dicha corriente puede ser reprimida, pero no se le puede destruir sin destruir a todo el organismo."
Este poder constructivo que existe dentro del organismo puede liberarse. Cuando las personas entran en contacto con su fuerza interior, la hacen suya y la aceptan, entonces surgen nuevas y estimulantes formas de vida. Al confiar en ellas para hacer elecciones y encontrar el valor para tomar decisiones responsables, su mundo empieza a cambiar.