La demografía de la población indígena es una preocupación creciente, al igual que para los distintos sectores de la sociedad y el Estado, cada una con sus razones particulares, pero con la apremiante necesidad no sólo de saber cuántos son, sino cómo recuperar o hacer visible una identidad propia para ser reconocidos como tales. La transición demográfica que en México están experimentando tanto las poblaciones indígenas como la población nacional en general, es uno de los vectores importantes de la transformación social y cultural de estas poblaciones, al mismo tiempo que los cambios demográficos evidencian la magnitud de dichas transformaciones, que son de gran tamaño.