Las raíces del conflicto se encuentran en la propia política estadounidense, cargada de cinismo, hacia Oriente Próximo y Afganistán: medio siglo de realpolitik consistente en cruzadas en busca de un acceso fácil al petróleo y contra el comunismo. Aunque esta última amenaza ha desaparecido, Estados Unidos se ha vuelto aún más ambicioso en sus aventuras internacionales y, como demuestran los recientes acontecimientos, también menos seguro. Durante décadas, Estados Unidos ha reaccionado frente a la complejidad de los acontecimientos mundiales con un poder militar desmesurado, más que con respuestas políticas realistas y negociación. Al revisar la historia de la política exterior estadounidense, Kolko mantiene que las mismas políticas que provocaron el desastre en las últimas cinco décadas continuarán haciéndolo en el futuro. Los estrategas estadounidenses han vuelto a fallar a la hora de extraer las lecciones pertinentes del pasado, y de ello se pueden derivar consecuencias funestas, tanto para Estados Unidos como para el resto del mundo.