En el siglo XIX, Mendeléiev revolucionó la química al ordenar los elementos conocidos en la primera tabla periódica y predecir la existencia de nuevos elementos y sus propiedades.
Su vida y su obra, estrechamente unidas a los avatares del imperio ruso y de los últimos zares de la dinastía Romanov, estuvieron dedicadas a la creación de una escuela química rusa, a la modernización de la industria y a la investigación.
En el 2007, se celebrará el centenario de su muerte. La comunidad científica estará pendiente de los últimos hallazgos para comprobar hasta qué punto Mendeléiev realizó una apuesta de futuro, aunque podemos anticipar que su ley periódica goza de buena salud.