Entre los implacables mercados de capitales y la inexorable competencia global, los activos intangibles se una empresa (capacidad de innovación, propiedad intelectual, recursos humanos, capital organizativo, etc.) se han convertido en las claves de la supervivencia y el crecimiento. Dado que cada día es más evidente que la innovación constituye un elemento básico para el logro de una posición competitiva dominante, en el futuro las empresas necesitarán realizar cuantiosas inversiones en activos intangibles y controlarlos estrictamente.
De igual modo, en los mercados de capitales los inversores habrán de evaluar las perspectivas futuras de un número cada vez mayor de empresas cuyo negocio estará basado en sus activos intangibles.