"en mis anteriores libros de ficción predominaron las situaciones fantásticas. Para recordar a los amigos que el mucho jugar al fantasma no me había afantasmado del todo, incluí entonces unas pocas situaciones realistas. Ahora, el 'El estafador se jubila" (nuevo título para "La sandía"), la realidad se deja ver con más frecuencia, pero incluyo irrealidades para que esos mismos amigos no crean que he cambiado de juego y me esto alejando de la fantasía."