Esta investigación es un claro testimonio del nuevo auge de la historiografía como un campo de estudio que tiene México una importante tradición, inaugurada por José Gaos y Edmundo O'Gorman, apologistas del quehacer historiográfico, quienes postularon la calidad del pensamientoy su expresión escrita como eje articulador del estudio del pasado, por contraposición a las pretenciones de reconstrucción "objetiva", a la que aspiraban varias modalidades ciencistas, vigentes en diversos momentos del siglo XX.