De acuerdo con Italo Calvino, estamos entre uno de los màximos ejemplos de rapidez literaria; una solo frase condensa y remata la rica corriente de la historia donde se mezclan los planos de la vigilia y el sueño. Monterroso brinda sòlo el desenlace del cuento porque se sirve de una fòrmula conocida; el mecanismo se ha usado tanto que unas palabras bastan para inferir trama.