En una casita de la localidad de Florida, rodeado de un busto de Evita, una lámina de Carlos Marx y un óleo del Che Guevara, el Padre Hernán Benítez conversó duramente largos atardeceres con el ensayista Norberto Galasso. Alló opinó sobre cristianismo, socialismo, peronismo y tantas cosas más, entre las cuales no faltó el diálogo sobre la duda, la angustia y la murte.