En algún momento la autora declara que su libro es un "acoso". Se trata, en efecto, de un acoso sistemático a una joya del siglo XVI que en nuestro tiempo puede parecer lejana y hasta exótica. No son tiempos místicos los que vivimos hoy; sin embargo, el sentido de lo místico y la búsqueda de lo divino siguen presentes hasta en las sociedades más secularizadas.
San Juan de la Cruz es considerado la cumbre de la poesía del Siglo de Oro y los poetas españoles lo reconocen como su patrono. Su obra menor - en concreto, este Romancero- estaba perdida y necesitaba una investigación como la presente.