Narrador nato, dueño por igual de un lenguaje propio y de un virtuosismo excepcional, Von Doderer logra cerar en estos textos un conjunto de atmósferas preñadas de intensidad y de personajes bien definidos en unos cuantos renglones. En ocasiones le bastan un par de páginas para pintar una escena a la vez graciosa y siniestra, donde su gran capacidad estilística despliega todos los recursos de su barroquismo.