Este libro parte del seguimiento de ciento cuarenta y tres pacientes tratadas en terapia familiar entre 1971 y 1987, para luego comparar los resultados de dicha investigación con el resultado de otros cincuenta y tres casos correspondientes a los últimos años. De ello se desprende la descripción de una filosofía terapéutica relacional que supera el viejo colectivismo sistémico y revaloriza la dimensión individual y personal de la paciente y de sus padres. La aproximación trigeneracional --contemplar también a cada uno de los padres en su sufrimiento como hijo de la familia de origen-- se convierte en algo fundamental para comprender las dificultades de los padres y «alimentar» la empatía del terapeuta y de los hijos hacia ellos.