La necesidad de cálculo de órbitas para satélites artificiales de la Tierra hace necesaria una revisión de conceptos elementales y métodos clásicos de la Mecánica Celeste. Generalmente, en la última fase de la puesta en órbita de un satélite, se conocen las coordenadas y las componentes de la velocidad para un instante determinado. A partir de estos datos puede obtenerse una órbita provisional, que se irá afinando a medida que se vaya disponiendo de observaciones del satélite desde las estaciones de seguimiento, de posición conocida, sobre la superficie de la Tierra. Se estudia con cierto detalle el caso particular de los satélites geostacionarios.