"En todo el desarrollo de Shakespeare como dramaturgo y poesta -escribió C.L. Barber y Richard Wheeler-, no hay cambios tan importantes como estos que encontramos en las últimas obras y que tiene que ver con los experimentos que hace en la sintaxis, la métrica, la dicción, el uso de las repeticiones y el lenguage figurativo, así como en las propiedades poéticas y las propiedades verbales intrínsecas".