Los cambios estructurales en el modo global de producción y el fin de la guerra fría indujeron a los países de la región a sumergirse en la ola de políticas neoliberales que imperó en los veinte años finales del siglo pasado. Los resultados fueron decepcionantes. La exclusión social, la concentración de las riquezas, las crisis profundas y la anomia de las instituciones públicas debilitadas llevó a tendencias neopopulistas que algunos ya imaginaban extintas.