El arquitecto se encuentra a menudo con la paradoja de que cuanto más trabaja, menos dinero gana. Ganar dinero es imprescindible para sostener el estudio y para compensar el esfuerzo, la pericia y la responsabilidad que el arquitecto aplica a su trabajo. En las condiciones actuales, ya no basta con trabajar para ganar dinero, sino que hay que conocer y aplicar ciertas técnicas para obtenerlo.