Los moluscos fueron animales muy apreciados por las culturas precolombinas de México. Desde tiempos remotos se colectaron en las playas o en las márgenes de ríos, lagos y lagunas, para servir como alimento y, en alguna ocación, para elaborar herramientas; de igual menera, las conchas de determinados ejemplares muy valorados, fueron trasladados tierra adentro, para manufactuirar ornamentos u objetos de culto religioso.