Los maestros y juristas de Europa y América disputaron mucho tiempo en torno a la denominación que debian dar a nuestro estatuto. En un principio, y en fuincion de su origen, se le llamó legislación industrial o leyes del trabajo industrial; años más tarde, algunos profesores hablaron de derecho obrero. Todas estas denomínaciones sirvieron para hacer saber que las leyes y normas nuevas tenían como campo único de aplicación del trabajo en la industria.