En cada una de la páginas de esta obra, el lector entra en un mundo circense en el que los equilibristas, domadores, muejeres barbudas y enanos están al servicio de un mentalista que logra que el público se entregue a todo tipo de abismos intelectuales, fuerzas de la naturaleza, bellezas insospechadas y universos que, de tan microscópicos, adquieren la cualidad del infinito.