La obra destaca la decisiva transformación de la concepción de derecho y el papel de los jueces en algunos países de la región, y subraya una jurisprudencia, que apesar de no estar generalizada, sobresale por ampliar los espacios legales para el reconocimiento de derechos, moviendo los límites fijados por instituciones jurídicas que, como construcción cultural y política, han fortalecido y naturalizado la masculinidad y la heterosexualidad.