La eforia perpetua rastrea la extraña transformación que ha sufrido la idea de felicidad. Si en la antigua Grecia la "eudaimonia" tenia que ver ante todo con el trabajado dominio de uno mismo y la superación de las pasiones, y para el cristianismo fue siempre un asunto del más allá, Bruckner se pregunta cómo semejante concepción ha podido degenerar en la trivialidad contemporánea que nos presenta, pongamos por caso, la publicidad o ese budismo difuso de tan buena fama.