El autor se remonta hasta los orígenes del edificio cultural y social novohispano, especialmente el siglo XVII, y y muestra con toda solidez la aportación jesuita para de este modo argumentar en hondura y profundidad que ese "México posible" fue fue una propuesta diferente de modernidad que "hecho raíces en su tiempo, dio forma a la historia mexicana y quizasa ha perdurado hasta nuestro tiempo".