Siempre hemos sabido que para el éxito se requerían confianza, inteligencia, buen juicio, dedicación... pero sabemos también que el secreto, el verdadero secreto tiene que ver con la entrega y con la pasión. La capacidad de generar ambas cosas es la capacidad de seducir. Jesús nos dice que ésa es y será la diferencia importante entre unas empresas y otras. Lo será en resultados y, lo será, añadiría yo, en posibilidad de contribuir y de disfrutar haciéndolo.