Mediante un rescate acucioso en archivos públicos y privados, el autor perfila las características más distintivas de la comunidad griega asentada en México y muy especialmente en la principal urbe del país, destacando aspectos cuantitativos y cualitativos de un singular flujo migratorio que mostró similitudes y contrastes con otros inmigrantes externos que compartieron la esperanza de mejorar sus vidas en suelo mexicano.
La historia de los griegos en México no podía ser otra más que aquella que nos remite a la experiencia individual y colectiva de múltiples rostros que podrían parecer anónimos,nos remite a experiencias de inmigrantes del común, en donde no se cuentan biografías de grandes empresarios o reconocidos intelectuales, muestra un interesante proceso migratorio colectivo apenas conocido, en donde el aislamiento y el reforzamiento de las diferencias culturales no fueron moneda de cambio, sino que su integración y singular adaptación a la sociedad receptora fue un proceso mejor logrado y menos doloroso que en otros casos.