La autora de este libro ha vivido la experiencia del migrante en carne propia. Su texto nos transporta a la frontera a través del corrido, y a partir de éste recobra el sufrimiento y las alegrías, el amor y las luchas de los mexicanos al cruzar, vivir y transitar por ese terreno tan fieramente disputado. Los corridos, esas baladas fronterizas inmortales, y sus intérpretes, son una rica reserva de memoria vibrante, así como un testimonio irónico. Aquí la voz y visión de los tigres del norte y de otras populares bandas de música encuentran su justo lugar y se hacen accesibles a un amplio sector de lectores en ambos lados de la frontera.
Este es el primer libro que explora la función del corrido en la comunidad que lo canta, escucha y baila, pues ningún otro estudia directamente a esa comunidad que lo mantiene vivo. Los corridos forman parte de las tradiciones mexicanas que recuerdan un evento o suceso particularmente importante. Como parte de la memoria cultural, este tipo de música expresa en general la experiencia del inmigrante: explotación, control y deshumanización, derivados del racismo y el clasismo del país en el que residen. El corrido ayuda a las comunidades mexicanas en los estados unidos a humanizar, dignificar y darle sentido a las experiencias que viven en su calidad de integrantes de las minorías raciales, y este libro examina su papel en la formación de memorias e identidades culturales de los grupos mexicanos trasnacionales.