En este volumen se recogen diversos epistolarios algunos muy breves que demuestran claramente los vínculos que Alfonso Reyes mantuvo a lo largo de su vida con el mundo intelectual argentino como Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo, Adolfo Bioy Casares, Macedonio Fernández y Roberto F. Guisti, figuran entre sus amigos porteños numerosas personalidades que incluyen tanto a Julio Cortázar y Ernesto Sábato como a Alejandro Sux y Ángel J. Battistessa. Algunos, como este último, pertenecen más bien al ámbito universitario igual que Ana María Barrenechea, Alfredo A. Bianchi y Juan Carlos Ghiano. En cuanto a Enrique Anderson Imbert se combinan el escritor, el profesor y el crítico literario con quien Reyes sostuvo una relación esencialmente literaria.
La profunda admiración de Anderson Imbert se traduce en serios estudios sobre el estilo y otros aspectos de la obra Alfonsina. Se trata de un lector crítico, agudo e inteligente que también despertó el entusiasmo de su interlocutor mexicano.