El campesinado mexicano del siglo XX fue heredero de las grandes movilizaciones agrarias que se manifestaron hasta finales del régimen de Porfirio Díaz. La lucha de los pueblos indígenas durante ese periodo se plasmó en numerosas batallas por el respeto a la propiedad de la tierra de las comunidades. Los ejemplos fueron numerosos, y se dieron tanto en regiónes del norte como en Oaxaca, Chiapas y Puebla.