Un prejuicio recurrente ha sido definir y caracterizar a la filosofía latinoamericana como filosofía política, en particular por su compromiso ético de liberación de las naciones de la región. Sin embargo, el origen de la filosofía política como concepto y como práctica ética tiene antecedentes muy remotos que nos llevan desde la forma de organización de la ciudad-estado de los griegos, a las organizacione sociales y políticas de las ciudades europeas del renacimiento, a las sociedades orientales e indígenas, hasta llegar a las formas organizativas de las sociedades actuales.