El fenómeno de la lectura está compuesto de una gran cantidad de elementos que involucran en un primer plano al receptor, en uno implícito al autor y en un plano referencial a la comunidad y, en términos más amplios, al ser humano en el mundo. Para que el proceso de la lectura resulte tan enriquecedor como sus amplias posibilidades, es necesario reflexionar acerca de los elementos que constituyen al texto, de los valores sociales, morales y humanos a los que apela, y finalmente la manera en que su apropiación formará parte activa en la vida cotidiana.