Tres propósitos llevan a escribir este libro. El primero de ellos es dejar constancia escrita y gráfica de seis de los más grandes monumentos creadospor la civilización mexica, obra de artistas anónimos que plasmaron su importancia indeleble en el basalto y la andesita. Nos referimos ala Coatlicue, la Piedra del Sol o Calendario Azteca, la Piedra de Tízoc, la Piedra del Antiguo Arzobispado, la Coyolxauhqui y la Tlaltecuhtli. El segundo reside en la búsqueda de las esencias que cada uno de estos monumentos contiene, pues la piedra, transformada por el hombre, encierra en su talla arcanos que es preciso descifrar. En efecto, los mitos, la cosmovisión y el deseo de los poderosos por señalar su lugar en el universo y trascender, llevan a los hombres a capturar el tiempo en la materia y a perpetuar sus propias acciones en monolitosque se convierten en portadores de mensajes que mucho nos dicen de su pensamiento. El tercero y último propósito consiste en demostrar cómo la arqueología yla historia han hecho posible este acercamiento y las circunstancias en que esto ocurre, lo que permite penetrar en el tiempo de los dioses... y de los hombres que fueron.