... Finalmente, luego de trasegar en, y conversar de, las novelas de Mariano Azuela, debemos subrayar el lugar común: las consecuencias de la institución de la fama de nuestro novelista resultó paradójica, porque así como colocó a Los de abajo en el punto más alto de la novela de la revolución mexicana, con todo el pesado lastre histórico e ideológico que se le adosó con el tiempo, también relegó hasta casi su anulación al resto de la literatura. Varias generaciones de lectores de Los de abajo, obligados por los programas escolares de educación media, reconocen en Azuela a un icono de la novela de la revolución mexicana y de la propia revolución. Nosotros, como tantos más, crecimos en esa extraña como común idolatría. Sin embargo, conforme nos adentramos en el estudio del origen de su fama pudimos advertir los alcances de ciertos mecanismos ideológicos y sus consecuencias. Pasados los años, acumulados el trasiego y la conversación, descubrimos en las novelas de Mariano Azuela algo simple, llano, común: siguen vivas, no obstante la fama.