Una noche de Navidad, Pequeño Erizo despierta de su letargo invernal.
Tiene tanto frìo que no consigue volver a dormir.
Entoces, como por arte de magia, recibe de Papà Noel un càlido regalo: un gorro rojo de lana. Intenta ponèrselo, pero no logra que sus pùas se queden bajo el gorro.
¡No hay manera!