En este libro se habla de la construcción de los estereotipos de las mulatas y el negro, la rumbera y el bongosero, en la cultura cubana, y su asimilación al contexto de la cultura popular mexicana durante la primera mitad del siglo XX. La mulata que cubre y descubre muslos, cintura y pecho, en e movimiento de los olanes que enmarcan su vestido y el negro que la acompaña con un son, una rumba, conga o samba, en ese momento salvaje y erótico, han sido dos de los principales embajadores de la cultura afroantillana contemporánea.
Tanto para Cuba como para México, el periodo de 1920 a 1950 significó la maduración de los discursos relativos a la cultura nacional. El Estado, la educación, los intelectuales, las producciones e industrias culturales y el turismo contribuyeron a la generación y recreación de los grandes temas nacionales, que definirán las construcciones de cuabanidad y mexicanidad.