Contra lo que suele pensare, la hegemonía de lo gobiernos revolucionarios no ha ido rotunda. Movimientos radicales como los cristeros, lo comunistas, lo henriquistas y las distintas agrupaciones de derecha han constituido el contrapeso de un modelo de Estado que se impuso durante casi todo el siglo y que llegó a creerse monolítico. En este libro se exploran algunas de las rupturas que la diversidad provoca en condiciones de autoritarismo.