En 1895, científicos, intelectuales y políticos mexicanos vieron cumplido un sueño: contar con el primer Censo General de la República Mexicana, el cual estaba a cargo de la Dirección General de Estadística, estableciendo Juntas Centrales de Estadística en cada capital estatal y en el Distrito Federal.
Las cuentas no se reducían sólo a los grandes eventos de la contabilidad demográfica nacional, donde los censos periódicos ocuparon un lugar destacado, sino que también enumeraron una amplia gama de aspectos de la sociedad de la época.
En las Cuentas de los sueños Delia Salazar hace un recuento desde 1880 a 1914 de españoles, italianos, griegos, franceses, británicos, suecos, noruegos, daneses, holandeses, belgas, portugueses, alemanes, rusos, chinos, japoneses, estadounidenses, canadienses, guatemaltecos, beliceños y cubanos, entre otras presencias de extranjeros en el país. |