Denotando sabiduría, Adela Cortina nos deja tanto en su visita a León como en sus múltiples escritos: la afirmación de que todos los seres humanos queremos ser felices y todos debemos intentar ser justos. Buscamos incansablemente la felicidad, y la ética, construida en la reflexión y el diálogo, nos indicará la manera de conseguirla en el compromiso y atención al otro; a su vez, las universidades son entes privilegiados que deben formar para la justicia y el servicio a la sociedad, es decir, para la felicidad.