La conexión comercial establecido por vía terrestre entre los Estados Unidos y el septentrión mexicano en la primera mitad del siglo XIX es el tema de este libro. Esa conexión o circuito comercial hizo posible que penetraran en los mercados del norte de México manufacturas tanto europeas como norteamericanas conducidas desde ciertas poblaciones de Missouri - por entonces un estado fronterizo de la Unión Americana- hasta el territorio fronterizo también de Nuevo México, desde donde bajaban para ser distribuidos en varios estados del norte y aun del centro de México. Fueron básicamente el contra flujo de dicho circuito