Cecilia nos ha mostrado a lo largo de su carrera una sensibilidad muy especial para la búsqueda de caminos nada trillados den-tro de la escena historietística mexicana... Vistámonos con nuestros más obscuros y aterciopelados ropajes, tomemos una copa de cristal muy fino con esgrafiados inquie-tantes, vertamos en ella líquidos carmesíes de consistencia extraña, y procedamos a sentarnos en un singular sofá que hubiera hecho feliz a Edward Gorey. Aventurémonos sin prisas por esas veredas exóticas de tinta china, con cielos infinitos negros y árboles milenarios blancos... Adelante, pues... y esperen cualquier cosa dentro de su mundo