"El Heracles, en definitiva, se puede insertar en el grupo de los dramas en los que Eurípides trataba de analizar los motivos que pueden transformar a una persona, plena de sensatez, en un ser cuya sinrazón le puede hacer capaz de cualquier exceso.
... En Ifigenia en Álide encontramos al Eurípides preocupado por los acontecimientos del tiempo en el que le tocó vivir, y lo hace como el intelectual capaz de poner de manifiesto las miserias de los hombres,; no es la suya una imagen del mundo optimista, pero sí real."