El español es una lengua internacional con más de cuatrocientos millones de hablantes, distribuidos en diversos países de varios continentes. En consecuencia, cuenta con un gran número de realizaciones distintas, que hacen de esta lengua un rico mosaico dialectal. Frente a tal diversidad de modalidades, surge la necesidad de mantener la unidad a partir de un uso reconocido como aceptable por todos los hablantes. En este punto aparece la cuestión de la normatividad.
Decidimos plantear el problema entre la normatividad y el uso lingüístico a especialistas en varios ámbitos de la lengua para conocer la forma en que lo manejan en su campo específico de trabajo: asesoría ligüística, comunicación, creación literaria, traducción, análisis del discurso, dialectología y terminología. Presentamos los resultados en este libro.