"No creíamos en el arte. Pero creíamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o el cuadro eran eran exorcismo, conjuros contra el ruido, la nada, el bostezo, el klaxon, la bomba. Escribir era defenderse, defender a la vida. La poesía era un acto de legítima defensa". Esta breve cita del texto de Octavio Paz que acompaña, en los años sesenta, los primeros poemas de Blanca Varela (Lima, 1926-2009) conlleva y parte de la relación íntima que va a unir poesía y pintura en la creación de la poeta peruana.