El siglo XXI está contaminado de horrores tipográficos que ensucian visualmente nuestro entorno; espectaculares, tarjetas de presentación, rótulos, libros, periódicos y páginas web atentan contra la lectura. Nuestra percepción se colma de los caracteres malogrados y carentes de proporción.
La armonía entre la imagen y la palabra escasea. Sin duda, los diseñadores actuales tienen la oportunidad de acercarse a una infinidad de tipos, tamaños y colores con el acceso a los medios electrónicos. Sin embargo, algunos ignoran la tradición del libro y la tipografía.
Esta exposición es, sin duda, un acierto para reflexionar en torno a las buenas maneras de escritura que en estos tiempos son casos excepcionales.