El giro deliberativo producido desde los años 90 del siglo pasado en la teoría democrática, es producto de la convergencia histórica de diagnósticos que hablan de la crisis de legitimidad de los sistemas políticos contemporáneos. Mientras en Estados Unidos se expresa en la baja calidad de la participación ciudadana y en los niveles de insatisfacción con los mecanismos institucionales de toma de decisiones, en Europa la democracia pierde brillo en medio de notables expresiones de apatía y desencanto ciudadano. En Latinoamérica el siglo XXI comienza con el debate sobre la necesidad de profundizar la democracia.