La metáfora y lo sagrado diseña un arco donde confluyen el Romanticismo alemán, el primer Benjamín, Bajtin y Blanchot, que sirve una vez más para repensar las concepciones sobre arte y lenguaje postuladas en los años 60 y principios de los 70 y para palpar el límite de todo discurso y el límite de los discursos imperantes