El inspector Dolores Morales y el subinspector Bert Dixon, del Departamento de Narcóticos de la policía nicaragüense, y antiguos guerrilleros, investigan la desaparición de una mujer; las únicas pistas son un yate abandonado en la costa de Laguna de Perlas, sospechoso de transportar drogas, un libro quemado y una maniseta ensangrentada.